Sin haberse hecho oficial todavía, es un secreto a voces en los medios estadounidenses que Elon Musk ya tiene atado a su nuevo fichaje, el cocinero encargado de diseñar la oferta culinaria de su próximo gran proyecto empresarial. Situado en los Ángeles, el restaurante/diner/autocine retrofuturista de Tesla está a punto de terminar las obras y Tesla lleva meses buscando el personal adecuado para dar vida al último reto del líder de la compañía.
El elegido es Eric Greenspan, cuyo nombre probablemente no suene demasiado fuera de Estados Unidos, pero que es toda una celebridad en su país. Y no precisamente por tener un restaurante famoso, pues Greenspan ha labrado su carrera creando marcas y productos, ayudando a otros a construir su negocio y especializándose en servicios de cocina fantasma solo con entrega a domicilio.
Es el fundador de Alt/Grub/Faction, una incubadora de restaurantes que solo funcionan mediante delivery, y se considera a sí mismo como "creador y curador de delicias". Su último gran éxito es la empresa New School American, a través de la cual vende lo que considera la reinvención del queso americano (american cheese): lonchas naranjas de una mezcla fundente de mantequilla, crema y queso cheddar. Como señalan en The New York Times, el queso ha sido el leit motiv de su carrera, su ingrediente fetiche y marca personal. Digamos que no es conocido por promover una alimentación muy saludable, y eso que suministra comidas como patatas fritas y sándwiches en campus universitarios.
Greespan parece pues la elección idónea para el proyecto que Musk tenían en mente desarrollar desde el principio, "un autocine de la vieja escuela, patines y restaurante de rock". En teoría, el local recogerá el espíritu del diner típico de los años 50, al menos el que hemos visto a través del cine con películas como Grease y American Graffiti, lleno de luces de neón, muchos colores, proyecciones de cine, hamburguesas, sándwiches, patatas fritas y batidos hipercalóricos.
El cocinero y empresario no parece tener conflictos políticos o de ética personal al aceptar trabajar para Musk y Tesla, algo que sí generó problemas en la búsqueda inicial de una figura culinaria para el restaurante, con numerosos chefs de distinta relevancia nacional e internacional rechazando por completo la idea de relacionarse con Elon Musk o su compañía.
Imágenes | Eric Greenspan